sábado, 14 de mayo de 2011

COMPLEJO DE PROGRESO


Piensa en esto: cuando adquirimos un teléfono táctil adquirimos un pedazo del futuro que diseñaron en nuestro imaginario cuando éramos pequeños; una ilusión pensada por otros para que experimentemos la idea de lo que debe ser el progreso.

No adquirimos sólamente un teléfono con el que llamar y tener muchos planes, porque pensamos que estar más comunicados significa estar mejor comunicados. Adquirimos la posibilidad de estar disponibles para todo el mundo todo el tiempo; adquirimos la necesidad de tenerlo siempre a mano y mirar la pantalla cada pocos segundos para tener la certeza de que no nos estamos perdiendo nada; adquirimos la creencia de que, al tocar directamente sobre la pantalla, hacemos menos movimientos con el dedo que cuando pulsábamos botones, sintiéndonos así más inteligentes y eficaces.

Adquirimos la posibilidad de nombrarnos y hacernos presentes en Facebook, y por tanto, de dar cuenta de nuestra propia existencia; adquirimos la necesidad de sentir una y otra vez ese placentero alivio que provoca saber lo que hay que saber en el momento en el que está ocurriendo, y no más tarde, cuando ha perdido todo su valor; adquirimos la necesidad de expresar lo que estamos haciendo o pensando, para que, al ser compartido, adquiera significado.

Adquirimos la necesidad de pensar en cómo nos piensan los demás, y de intervenir en ello seleccionando y publicando la información adecuada para salir lo más guapo/a posible en la foto mental que tienen de nosotros; adquirimos la sensación de estar viviendo nuestra vida en directo, porque las cosas ya no ocurren en el espacio físico en el que nos encontramos, sino en el espacio virtual en el que las contamos.

Realmente no era el móvil táctil lo que estaba en la mente de quienes diseñaron el futuro en el que estamos viviendo; ni siquiera los televisores de plasma, ni las casas “inteligentes”, ni los coches que aparcan solos, ni los robots de cocina. Tampoco los marcos digitales ni los cepillos eléctricos… éramos nosotros, como consumidores de esta idea de progreso, los que estábamos siendo imaginados y hechos Realidad.

No adquirimos un teléfono táctil, nosotros somos los adquiridos.

En palabras de Claude Steiner (1992): “Muchos de nosotros nos sentimos orgullosos de tener una buena vida, buena en el sentido que otros la entienden, y a quienes respetamos y admiramos por habernos dicho lo que la buena vida significa”.








Ilustración de Tamara Jiménez


*Este texto está inspirado en el relato de Julio Cortázar "Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj", musicado en este vídeo por migala.

5 comentarios:

  1. Pero, ¿y lo libres que somos al poder comprar tantos teléfonos, teles, y otros juguetitos tan bonicos?
    Eso sí, que no se nos ocurra dejar de ser libres, que se jode el invento...
    Muy chulo el artículo, bribónnn

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  2. Cuidado no te transformes tú mismo en el producto de tus deseos. ¿Quién mira dentro de quién? ¿Tú en facebook o facebook en ti? ¡Este es un comunicado AnóniMo!

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  3. No lo había leído hasta ahora y lo que yo te digo... tienes un puto radar. Si tienes poder para meterte en mi mente, deshazte de él ya, que das miedo, cabrón... :P

    P.D.: Me ha encantado. :)

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  4. Acabo de adquirir un telefono movil
    de esos de pantalla táctil
    pero tambien tiene botones.

    Es y esta brillante, casi hipnotico
    cada vez que lo veo
    me hace sentir bien

    Tiene muchas cosas bonitas
    muchas teclas e imagenes que pulsar
    pero me estoy resistiendo

    Si apreto todas las teclas
    todas las pantallas
    mi telefono nuevo
    se convertira en
    mi telefono no nuevo

    Por eso no quiero leer
    el libro de instrucciones
    nunca me han gustado
    si las lees dejaras de sorprenderte
    y tendre que buscar
    mi telefono nuevo de nuevo (tactil)

    PS: Bonita elección del video, tantos recuerdos de nuestra época de juventud (la pasada no la de ahora)

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  5. También hay que recordar que no adquirimos solo un nuevo invento tecnológico, si no que adquirimos al Sistema con él, adquirimos la responsabilidad de las muertes que hay en el Congo y Ruanda por las luchas debidas al Koltan de la batería de ese pequeño, fino y brillante aparatejo. Pero, ¿ acaso nos dicen esto en los anuncios?

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