sábado, 26 de febrero de 2011

LA PESCADILLA QUE SE MUERDE LA BOCA

Creo que fue en 5º de EGB más o menos. Yo debía tener unos 11 años.

Durante aquel curso me solía sentar en la última fila, al lado de un chico con el que me llevaba muy bien. Se llamaba Diego.

Un día, a mitad clase, le llamé para contarle una cosa y al girarse me di cuenta de que le sangraba un agujero de la nariz.

Me asusté mucho, así que pensé en avisar rápidamente a la profesora.

"Ni se te ocurra" me dijo.

A continuación sacó un pañuelo de tela del bolsillo de su pantalón y comenzó a limpiarse.

Yo seguía asustado, así que no le hice caso y levanté la mano para alertar a la profesora.

Conforme estaba levantando el brazo, Diego me pegó un puñetazo en el costado que además de hacerme bajarlo de inmediato, me provocó una especie de gruñido que se escuchó en toda la clase.

Me sentía muy aturdido. No lograba entender por qué no quería recibir ayuda si era evidente que la necesitaba...

...todavía era demasiado inmaduro para comprender que valía más la pena sufrir aquello en privado que afrontar la humillación de reconocer que previamente se había estado metiendo el dedo en la nariz.

A los pocos segundos apareció la profesora a mi lado para comprobar qué me ocurría.

"No pasa nada", le dije (por si acaso).



1 comentario:

  1. Deberías haberle contestado a aquella profesora: "Ni se te ocurra".

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